sábado, 28 de diciembre de 2013

Deshaciendo mitos - No vale mas pájaro en mano que ciento volando.

Pero vamos a ver, ¿quién ha sido  el tontolava que se le ocurrió semejante majadería? Si tienes un pájaro en la mano ya lo conoces, ya lo controlas, ya sabes quien es, donde trabaja (un suponer), qué gustos tiene y a qué dedica el tiempo libre. Si tienes un pájaro en la mano eres absolutamente consciente de lo visible, de lo material, de lo tangible, de lo real. Es algo que ya tienes. ¿Dónde queda, pues, la ilusión, los sueños a que invitan los cien pájaros volando, la maravillosa expectación de lo desconocido, la vibración emocional que te produce lo que no tienes y añoras, la magia del misterio que pueden encerrar un centenar de gráciles volantines; el soñado porvenir. Entre esos cien pájaros desconocidos puede haber un premio Nobel, o dos, aunque también caerá, seguro, alguna Belén Esteban, que todo es posible: pero en esa inquietud  está lo divino. Lo de pájaro en mano es conservador,, acomodaticio, monótono y aburrido, además de cruel. En los ciento volando está el futuro, el ansia de aprender y la antorcha que ilumina el final de un oscuro túnel. Total: quien se inventó esta frase era un tipo (a) mediocre, pusilánime e insustancial. Y esos no interesan.

Toño Blázquez


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