domingo, 29 de diciembre de 2013

Deshaciendo mitos - Primo de mi mujer pariente de mis cojones

Vamos a ver, hagamos un ejercicio reflexivo de sensatez. La parentela de la esposa de uno nada tiene que ver con la acepción “pariente” en el sentido positivista del término. Habida cuenta de que hay hermanos que se llevan a matar. Digamos, pues, que esta frase, en cuya parte final observamos una palabra de popular acogida en el submundo del improperio, contiene un recoveco lingüístico de evidente malababa. De hecho en sí misma acoge un tácito desprecio a la familia de la “santa” de parientes menos directos, hijos nacidos de los hermanos de la señora consorte. Dicho esto, el asunto no tendría mayor importancia, si no fuera porque en el significado doloso de la observación se intuye un ligero sarcasmo al variado pelaje que constituye el mundo de los cuñados, universo éste propio desde tiempo inmemorial a la chanza y a la guasa. Conclusión: como alusión chistosa y burlona con los amigos en la barra del bar resultará reíble. En la mesa, a la hora de comer, mejor abstenerse.

Toño Blázquez

1 comentario:

  1. Sólo hay un problema, casi todos somos el primo(a) de la mujer de alguien... :))

    ResponderEliminar